El día amanece cetrino
Envuelto en la bruma
con que el mar empapela
los buques desasosegados
Un viento crudo como una caricia analfabeta
maneja
titiritero la función de rayos
con eco de aldabas en el horizonte
con eco de aldabas en el horizonte
El miedo propaga la niebla más allá del eco y
la tormenta
Despiertas con el terrible mineral congelado en el sorbo de
saliva
Lo sabes
El mimiedo a puesto huevos sobre tu radiografía
El mimiedo a puesto huevos sobre tu radiografía
Un lento reuma se adentra en la carne
Por entre las articulaciones del
colchón
se abren paso cinco nichos
como dedales de un peluche muerto
para vestirte con un pijama morado
De la cabeza a los pies
una incesante procesión de
grapadoras
grapaagrapaagrapaagrapaagrapa
agarrota los músculos
vertiginoso
rigor mortis
Llevas en la mano diez meñiques
con una melodía que atrae a los acantilados
sobre sus pesados tobillos de tierra
Una tormenta de libros de familia gotea iniciales de mármol
Con su lluvia ordenas tu nombre
y das título al cajón de los
diarios
Donde guardas tus miedos
Donde guardas tus rincones
como un puzle de navajas de incienso
Te debes a tus diarios
A sus páginas de
pájaro
A su tinta
de urraca
Crees en el aleteo del dinosaurio que sueña no ser petróleo
Martín de la Torre
Martín de la Torre
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