martes, 31 de agosto de 2021

La losa humana


Cuando la naturaleza todavía cruda

no se podía comer

y la noche se probaba la sotana

tras el pomo de la luna.


Cuando las cataratas

se mesaban sus barbas transparentes 

y el cielo buscaba goteras 

en cada poro de las nubes.


Cuando las ilusiones 

florecían de los cerezos

y el otoño ensartaba búhos

con las alas nuevas de la hojarasca.


Cuando la muerte inventó el infinito

y atrapó a la vida entre paréntesis

el viento se dedicó a ser pájaro, 

el tiempo se anilló a los árboles, 

y el hombre completó el mosaico

con hirientes fragmentos de metralla

en lugar de las más bellas teselas.


Cuando vuelva por donde vine 

y desande la humanidad

y sus pinturas rupestres, sin duda,

no habrá quien me entregue el más merecido 

Premio Nobel de la Paz. 



Martín de la Torre



2 comentarios:

  1. Que sorpresa más agradable,es poder leerle de bueno maestro,pues ya me sabía de memoria todo el blog. Cada vez que me asomaba por aquí y han sido muchas y reiteradas las veces y no encontraba nuevos poemas trasnochados publicados pasadas las dos de la madrugada, me entristecía mucho. Por fin has vuelto.No te vayas tanto tiempo ni tan lejos.
    Ana.C

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    1. A mí también me agrada verte pasear por estos oscuros pasadizos.

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