domingo, 22 de agosto de 2021

La matrioska


Reloj de agua, raíz de marfil.

A la intemperie

una estalactita seca el paisaje

mientras dentro un sauce cruje 

como un rayo bajo un alud.


En la sal, en la dureza del aire,

huésped de la estalactita

migro donde al sufrimiento le sobre 

una cueva y una veta de niebla.


Gota a gota y al siguiente latido

la lluvia no vuelve a ser multitud.


Partir así, al respirar.

Viajar a la matrioska indivisible,

a la partícula esencial.

Abandonar el alma en el plumaje de un fósil

y volver a la vida 

en los colores del abejaruco.



Martín de la Torre



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