miércoles, 8 de abril de 2015

Fotosíntesis de la memoria


Hay ríos involuntarios
que fluyen sobre los raíles que instaló el olvido
Ríos de mirada salada que nunca encontrarán el mar                                                              Ejércitos de lágrimas que se practican el haraquiri de la ósmosis inversa

Me explico...

El Alzheimer es el cuervo de agua salada
que barrunta la tristeza
y convierte el pasado en epidemia

Sobrevuela bibliotecas antiguas
Abre sus jaulas
Sacude las encuadernaciones dejando caer
las letras las comas los verbos La ceniza neuronal

Entonces
los abrazos cicatrizados se desco s  e  n  i r r e c  o  n  c  i   l    i    a     b            e        s
y las estrellas heridas no reconocen su constelación
                   
Un otoño perpetuo agrieta la cúpula craneal
y la cabeza del hombre no proyecta sombra
pero su sombra sin cabeza se proyecta sepia
                                        
La memoria ha roto la punta de los lápices
Los lápices se quitan el capirote negro
y dan de beber humo a través de sus pupilas
a la mariposa que descorcha las chimeneas

Los recuerdos felices también se marchan
                            vuelan
  Los colibríes                   al néctar de las vidrieras
                           despegan
  Las isobaras                    de los aeropuertos de cada  pétalo
                                           besan
  Las playas en braille               los labios del caminante

Los nombres se tosen unos a otros
Anónimos seres queridos desandan sus biografías
deglutidas por los ácaros del Ombligo

Los recuerdos tristes se columpian en el viento
mojando los pies en los ríos involuntarios
Que nunca hallarán                                   el mar

     Alzheimer es un modelo de silla de enea
                                           Sentada en un acanti
l
a
d
o
pececillos
                                 que se deshilacha en pececillos de porcelana
 en busca del mar Olvido

La esperanza es saber que por ósmosis inversa
los delfines que beben ese mar
de alguna manera
sintetizan nuestros recuerdos


Martín de la Torre


2 comentarios:

  1. Me encanta Martín, eres el as de las letras. Como las haces danzar de todas las formas más bellas posibles. No dejas de sorprenderme. Espero que no seas egoista y telepaticamente de vez en cuando me pases un poco de tu ingenio, sensibilidad, imnovación y parte de tu gran imaginación. Eres un gran reserva, chapó Martín.
    Tu alumna admiradora.
    Ana. C . T

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    1. Muchas gracias Ana, pero no soy un gran reserva. Estoy entre un vino cumbre de Gredos y un elEjido tempranillo, digamos a las 6 de la mañana, más o menos por la sierra de Andújar. Las letras saltarinas se deben a que últimamente estoy leyendo al gran Huidobro. Además, que vas a decir tú, no eres objetiva, eres mi compañía y compañera de quiromancias. Un abrazo.

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