miércoles, 25 de marzo de 2015

Consejos y andanzas de un filántropo quiromante. 8ª mano.


El pasado día 15 estuvimos por tierras jienenses, en la feria de artesanía de Baeza. Allí, un baezano de generaciones, un lomeño de pura cepa descendiente de oleícolas y seguramente ascendiente de muchos otros, me preguntó por una tarea que aún no tuviera oficio. Alérgico al olivo, el hombre quería patentar unos enormes invernaderos para cubrir los vastos campos de Jaén y así proteger su salud. Le recomendé que comenzara colocando sombrillas de protección a góticos, vampiros  y sensatos que disfrutan de la playa sin broncearse como tomates, o bien, que estudiase los invernaderos almerienses y se tomase algo en Tabernas.

Qué pescador vende lentillas a los ópticos
escamados que gradúan el cristal de las peceras.
Qué astronauta vende semillas de sol al pirómano,
cenizas de luna al poeta y plumas de ángel al católico.
Qué electricista instala en el mar las anillas de calamar
necesarias para conducir el cableado del pez raya.
Qué diminuto jockey monta los caballitos
de mar por las praderas de posidonia.
Qué alergólogo coloca sombrillas en los sepulcros
para proteger a los muertos de la primavera.
Qué Aux. Administrativa de la Nasa sueña
que una calle de una aldea de Júpiter lleva su nombre.

Qué licorería vende las neuronas espejo
que los rusos usan para leer el reflejo de su idioma.
Qué oftalmólogo brasileño opera
de cataratas al río Iguazú Paraná.
Qué sepulturero llena de cadáver
el vacío dejado por un ser querido.
Qué edil se guarda los índices de delincuencia
para tener más dedos con los que robar.
Qué pintor abstracto firma y registra sus obras
para que ningún elefante pintor se las apropie.
Qué informático actualiza los reflejos
de esos cristales con eco que llaman espejo.

Qué paragüero dona a la ciencia excedentes de murciélago.
Qué tatuador ancla varices en el tobillo del pecio.
Qué charcutería vende las bellotas de la matanza.
Qué churrero introduce la bola seis en la espiral de la sartén.
Qué joyería huele a la flor veteada de Potosí.
Qué espejería compra lascas de lago a Finlandia.


Martín de la Torre


martes, 24 de marzo de 2015

Resaca del gallo de Morón. Especial autonómicas.


Este pasado domingo formé parte de una mesa electoral en Morón de la Frontera, Sevilla. Como presidente yo quería reservarme una mesa para practicar la quiromancia pero, ante las discrepancias por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad, desistí. No obstante, en los ratos libres, observé detenidamente las siglas de tanta veleta papeleta. Por mi culpa el colegio electoral abrió media hora más tarde.

Qué floristería vende la rosa socialista que cada dos
noviembre se coloca sobre los sudarios de pana.
Qué taxidermista hace levitar la popular gaviota
que sobrevuela los vertederos de Suiza.
Qué participio del verbo indignar vota a la primera persona
del plural del presente de indicativo del verbo poder.
Qué mirobrigense (natural del pueblo salmantino de Ciutat
Rodrigo) duda entre votar a ciutadans o a pueblerinos.
Qué primer vocal i, de la mesa electoral, se sienta a la izquierda
del segundo vocal u, para formar el partido de vocales débiles IU.
Qué opositor debe continuar la serie en el psicotécnico:
U+P+y+D+Izq+Der+A+SE+RE+JÉ+JA+DE+JE……
Qué bético vota al Pa porque la bandera
de Nigeria tiene los colores del Córdoba cf.
Qué mosqueperro no vota a Pacma porque además de ser un comecocos 
D´Artacán va a pactar con el gran kan Cardenal Richelieu.
Qué dirigente de Vox recicla todas las papeletas de la izquierda
y el centro para hacer papel higiénico y enviarlo a Venezuela.
Qué informático bota el Pc pero no puede izar su bandera
por lo pesado del martillo y lo cortante de la hoz.
Qué loco de los años veinte, siendo franco, vota con Fe de coJones
al único partido que se preocupa de los huesos que se usan para el gatillo.


Martín de la Torre


miércoles, 18 de marzo de 2015

Pizarra


Algo acaricia la ventana
Un meñique de la luna ha pulsado la estrella maestra
                               Se activan los automatismos
El cisne de la cerradura abre el horizonte
Un rayo de luz hace rodar al sol
     como un crío con una vara lo haría rodar
     hasta el buzón despierto entre los párpados

Rueda el día descalzo
Las yemas de sus pies son burbujas de champagne
   que bullen hacia la diana del cielo
   Nido naranja de bombas naranja
Saltan chispas de las copas de los árboles
   Y de los cristales ultravioletas de la ciudad

Los acetatos de la ventana forman
el libro de cristal que la luz va deshojando
                                              página
                                              a página

Los dedos del sol
                               pasan y repasan el paisaje
Palpan el engrudo de rocío
                               que adhiere los relieves
Comban la regla del horizonte  
                               para que las frutas del universo
                               se deslicen hacia el carril de la bolera

El índice UV de la mano izquierda
retira de los acetatos dos virus benignos:
        El asa de una taza sonríe con pintalabios de carta de ajuste
             Una mujer se ha bebido el arco iris
        Unas vacas pastan las pirenaicas aceras del Tour de Francia
             Pero a ningún ciclista le apetece el asfalto regaliz

Los dedos del sol pasan las diapositivas
   Se mojan las yemas en la resina de los faros
   cuando no guiñan el ojo a las nereidas

El índice UV de la luz derecha
se topa con un malintencionado virus:
        Como una hoja seca entre los acetatos
        Como la caligrafía de una imprenta no potable
        La flor martillo de los campanarios hace añicos las ventanas

Urgen los colirios
Silábicas esquirlas chisporrotean
Una gota de luz venció la rama
y se han desvelado todas las sombras

Turbantes fluorescentes emborronan el cielo
                                                    La aurora boreal
Los sombreros juegan a dar la sombra
                      incalculable de los ciegos

Ya las ventanas baten las alas
    desollándose las palmas de las nubes
El sol está en lo alto
                                            pero se puede ver tras él

El SOL se gangrena la vOcal tras tomar
una hostia alcantarillada de luz fecal

El asta de la luna ha pulsado la estrella maestra
                            Se activan los automatismos
   Las ventanas son ahora pizarras
       Pupilas de cegado pozo
       Discretos tapices de billar

Todo está por escribirse
   Bajo la pizarra
   una montaña de tiza está por ordenarse
       i  t
  t  z   t  a z
 a aat z  t  i  z
ti   z   a  ti iaa t  i  a  z i tza  itz a  i t z a i t z a   itza 

     La muerte ordena el significado de   p r e n a t a l   


Martín de la Torre


lunes, 16 de marzo de 2015

Epistolario de una hechicera. 2ª lectura.


Publico esta maravillosa carta que recibí de mi compañera Ana C. hace ya varios días. La edito hoy tras abrirla con un pequeño fuelle de vapor de azahar, evitando así dañar el lacre coagulado en el papel de seda y su delicado contenido: una cajita redonda o ruleta de oficios que contiene, cual quesitos del caserío o galletas de la suerte, unos proverbios de los que cualquiera se fía.

Disculpe mi tardanza en mandarle el resultado de la exploración manual que hice a dos clientas el día ocho en la preciosa Plaza del Teatro de Aznalcóllar. Gracias a su aviso he disfrutado de un gran mercado medieval lleno de colores, olores y don de gentes de toda índole junto al gran maestro de Quiromantes. Si no es por la rapidez de su alfombra no llego a tiempo. Aunque he de confesar que no he pasado más miedo en mi vida. Sin cinturón, casco, ni nada, temí por mi vida durante gran parte del trayecto. Pero como se suele decir, es de mal nacidos no ser agradecidos. Allí, tras la fila de hombres que esperaban su turno para ser atendidos por usted. Un par de chicas jóvenes idénticas se acercaron a mí con el fin de que leyera sus manos. Pero al comprobar que eran perfectamente idénticas. Opte por leer la mano derecha de una y la izquierda de la otra hermana. Dando como resultado estos oficios que sin comerlos ni beberlos aquí reflejo cual espejo.


Mano derecha:
Qué charcutera vegetariana vende la parte trasera
de un perro salchicha cortado en juliana.
Qué vendedora ambulante solo pone su mercadillo
cada 29 de febrero en las siderales comarcas de Ofiuco.
Qué psicoterapeuta homicida receta a una suicida 
coches sin frenos tres veces al día tras descartar la frenología.
Qué socorrista aprende a realizar el boca a boca
con pirañas de piscifactoría de Pixar.
Qué fotógrafa revela pecados de confesionario 
a una beata beamontesa y a una beoda de El Tiemblo.
Qué cazador usa botas de cocodrilo, chaleco de camaleón pantera, 
pantalón de piel de hipopótamo pigmeo 
y sombrero de iguana, con pluma de pájaro elefante,
para cruzar a pie un manglar de Madagascar.
Qué dietista usa la báscula de la cocinita de la señorita Pepis 
para calcular la masa de la rellenita doña Croqueta.
Qué bibliotecaria reggae del Palacio Episcopal de Córdoba 
usa sus rastas como marcadores para libros.
Qué tabaquera cubana lía hojas de espinaca
para estreñidos fumadores de habanos marca “Popeye”.

Mano izquierda:
Qué minera deja carbón de azúcar en el club de hinchas diabéticos, 
junto a los calcetines verdiblancos, la noche de Reyes Magos.
Qué pastora enseña francés a sus trescientas ovejas espartanas 
para obtener queso Camembert y doscientos noventa y nueve quesos más.
Qué farmacéutica vende agua con biodramina 
en las cataratas del Niágara a turistas con acrofobia.
Qué telegrafista miope manda un telegrama
de auxilio al cebo de un pescador de morsas.
Qué maga encadenada aguanta sin respirar dentro de una botella 
de Mezcal para acabar -¡magia-potagia! convertida en larva.
Qué cocinera gallega recibe una estrella Michelin por su plato
“centollo relleno de neumáticos Pirelli en salsa de chapapote”.
Qué contorsionista del circo del sol posa sobre el río Narigón 
para que un arquitecto diseñe puentes de gafas de sol.
Qué torera viste traje de neopreno con luces led, 
sombrero cloché y unas manoletinas de Linares.
Qué hortelana modifica una judía con semillas de ébola y larvas 
de picudo rojo para los invernaderos del Tercer Reich.

                                                   Ana C.

lunes, 9 de marzo de 2015

Consejos y andanzas de un filántropo quiromante. 7ª mano.


A lomos de mi burro, camino de Aznalcóllar, previne a un joven ciclista que me adelantó pasado Sanlúcar la Mayor, ¡chico, toma esta vieja muda de culebra, que en el puente sobre el Guadiamar la necesitarás! -sentencié.
Ya por la tarde, en el mercado medieval de Aznalcollar, entró a nuestro puesto el joven agradecido que, sin oficio ni beneficio, nos preguntó por una tarea que aún no tuviera oficio. Y ciertamente nos confirmó, la tilde de río había pinchado la rueda necesitando la muda como cámara de emergencia.

Qué descorchador saca punta cada diez años a los alcornoques 
que escriben la biografía de las dehesas.
Qué sanatorio rehabilita a la loco-motora
que ha atropellado algún aparato loco-motor.
Qué jornalero recoge las cenizas del bosque
condenado a morir en la hoguera.
Qué inmobiliaria vende casas de citas de playmobil
con sus muñequitas de trapo y sus cocinitas de juguete.
Qué camionero siembra hitos kilométricos
entre las lápidas del cementerio.
Qué tuerto guiña su faro a las féminas fra-
gatitas que navegan con las velas escotadas.

Qué cuchillería regala cachorros de labrador
para ablandar a quienes planean matar por amor.
Qué astronauta espera vacilante en la acera
de una órbita como un equilibrista en paro.
Qué arqueólogo retira la piel de ante y advierte  
que las dunas solo son jaimas en mudanza.
Qué delineante traza una espiral de violencia
por encargo de un huracán de danzantes turcos.
Qué jurado gastronónico entrega el gorro de cocina
con su estrella Michelín al Chef más comunista.
Qué paisajista plagia la performance
de un tipo con el seudónimo de Dios.

Qué pocero vende las alturas de su vértigo.
Qué tintorero ahoga viudas en el mar Negro.
Qué mimo no se come el bocadillo de su viñeta.
Qué tornero se anuda la pajarita en el garrote vil.
Qué polvero criba comino en sus telarañas.
Qué niñera da tirones de virgulilla al niño ñoño.
Qué alfarero tornea y decora huevos de pascua.

Martín de la Torre


Anuncio del puesto en el periódico oficial de Aznalcollar.


domingo, 1 de marzo de 2015

La tripulación celeste


La tripulación de tu mirada
   cabe en la lágrima del cirio propóleos
Ensartada en el rosario
   Rueda de molino
las legañas son los cantos rodados
   de un río que solo tú conoces

Pero así como el ordenado tejado
discute los métodos de la catarata
O la memoria histórica rebusca
en un osario los huesos de la paloma
O el tetris acomoda los ladrillos del arco iris
       sin saber que la primavera
       roza pero nunca duerme al raso
La memoria es inmune al incendio y la lejía
Y hay recuerdos como futuras efemérides

La tripulación de tu mirada
   es el polen de la colmena más triste
La dentadura de ceniza que melló los panes oculares
    para hacer de tus aeropuertos
       hangares en llamas     Cuencas de carbón

Pero así como las abejas        por secas
      no convierten la miel en heno
O el niño que escarba no deja de crecer
O el ataúd de una ola enterrada en una cala
     no deja de ser redondo como el de una isla
Los recuerdos se sobreponen a un incendio
y sus trofeos no los desinfecta la lejía

La tripulación de tu mirada
se adelantó en dos alas al otoño
             y sus soles lunáticos
son borlas de cosmética romántica

Nuestros ojos han enlosado un cementerio celeste
Nuestras miradas se han anudado
        a los ojos de un chopo blanco
        que tiende sus gotas de rocío
        en una telaraña horizontal
 Es preciso ensartar en ella
       Puente  a    Puente 
sobre el río que solo tu conoces
                 nuestras tripulaciones

Es preciso en esta frágil chopera de papel biblia
      De ramas como suspiros sepia
      De vociferantes esfinges de búhos
      De amarillentos canarios columpiados
            en la resinosa mirra de los troncos
      De petirrojos fumados en papel de liar
      De liebres de lejía brincando el papel prensa

Es preciso encontrar el pecio de la mariposa
que vuela bajo las esquelas de la hojarasca


Martín de la Torre