viernes, 7 de noviembre de 2014

Los globos negros


Te quiero como te puede querer un muerto
   como el niño que se sabe
   el hombre más anciano de la aldea
   porque será el siguiente en morir
   Y porque los ciegos lo agasajan
   con ristras de globos negros

La salvación es el relámpago
   El parpadeo entre un globo negro
       y otro globo negro                           
                                            y  otro  globo  negro
La claqueta previa a la mirada
que insufla el paisaje aerostático
sobre el que volamos a bordo del humo

la salvación es asesinar al paisajista
o en su lugar consumir el helio
que nos hace volar en sueños
           s u e ñ o s    
                                    s u  e   ñ  o  sss hiii  i iii

Duermo
La realidad no existe
un regusto ovalado me recuerda
que un operario frota el interior de los ojos
con un sucio trapo ultravioleta

Más anciano que un muerto
  puedo seguir queriéndote
  agarrado al acento de la atmósfera

 O puedo explotar el globo
    y ser llanura ilimitadamente blanca
    o ser llanura ilimitadamente negra
Desierto de harina ósea donde perdernos en nosotros
   Como el lago retrocedido a sus neveros
   o el carbón rebobinado a la pétrea virginidad

Porque es imposible olvidar el humo
        Un asfixiante dolor a soga
        ondea daguerrotipos en un esqueje

                             Finalizado el parpadeo
                             la guillotina alzó las pestañas 
                             al tiempo que volvía a insuflar los globos 



Martín de la Torre


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