martes, 31 de agosto de 2021

La losa humana


Cuando la naturaleza todavía cruda

no se podía comer

y la noche se probaba la sotana

tras el pomo de la luna.


Cuando las cataratas

se mesaban sus barbas transparentes 

y el cielo buscaba goteras 

en cada poro de las nubes.


Cuando las ilusiones 

florecían de los cerezos

y el otoño ensartaba búhos

con las alas nuevas de la hojarasca.


Cuando la muerte inventó el infinito

y atrapó a la vida entre paréntesis

el viento se dedicó a ser pájaro, 

el tiempo se anilló a los árboles, 

y el hombre completó el mosaico

con hirientes fragmentos de metralla

en lugar de las más bellas teselas.


Cuando vuelva por donde vine 

y desande la humanidad

y sus pinturas rupestres, sin duda,

no habrá quien me entregue el más merecido 

Premio Nobel de la Paz. 



Martín de la Torre



domingo, 22 de agosto de 2021

La matrioska


Reloj de agua, raíz de marfil.

A la intemperie

una estalactita seca el paisaje

mientras dentro un sauce cruje 

como un rayo bajo un alud.


En la sal, en la dureza del aire,

huésped de la estalactita

migro donde al sufrimiento le sobre 

una cueva y una veta de niebla.


Gota a gota y al siguiente latido

la lluvia no vuelve a ser multitud.


Partir así, al respirar.

Viajar a la matrioska indivisible,

a la partícula esencial.

Abandonar el alma en el plumaje de un fósil

y volver a la vida 

en los colores del abejaruco.



Martín de la Torre