Bajo qué asiento del
patio de butacas
dejó
la vida a tientas su guión
Bajo qué asiento la
bola de cristal
es nuestra calavera
Bajo qué asiento un
perro ciego
muerde los arneses del trineo
que han de articular nuestra marioneta
En ese lugar de
profunda catacumba
A oscuras
los gambusinos ovillan el hilo de oro
mudado por todas las líneas de las
manos
Con él tejerán la historia
En ese escenario
Las preguntas acumulan interrogatorios
La llanura acumula hormigueros
Relojes de
arena
En ese infierno
etílico
una nube subterránea llueve octavillas
preguntas y preguntas y preguntas y
Qué poro a qué piel
Qué anzuelo a qué tic
Qué sonrisa a qué estímulo
Qué aliento a qué sudario
Qué nombre a qué difunto
Qué campana grapada a qué garganta
Qué venas a qué cerezo en llamas
La duda de otras
toses
Los chasquidos de otras piernas
como encaje de bolillos de otra
partitura
como un baúl de muletas toledanas
Bajo todas las
butacas una llave de cristal
que abre la única
puerta
de un paso de ancho y
una soledad de largo
Al
fondo
Sentada
en la butaca
Una sombra
da a luz a los personajes
Martín de la Torre
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