lunes, 29 de junio de 2015

Consejos y andanzas de un filántropo quiromante. 12ª mano.


Esta vez no asistimos, como es habitual, a una bonita feria medieval. Esta vez reducimos nuestro puesto a la mínima expresión y nos desplazamos a los estudios de Canal Sur Televisión, al extraordinario plató del programa Con-ciencia, en San Juan de Aznalfarache. 
Antes de la grabación intenté leer la mano a nuestro anfitrión, el gran ilusionista MagoMigue, pero las líneas se pusieron a saltar la comba y de repente otra mano en mi mano, la de un señor que salía del programa de Juan y Medio sin pareja y quería saber, por gusto, sobre oficios imposibles:


Qué glóbulo rojo con uniforme de ertzaina detiene a la célula
cancerosa que atenta contra el joven Guardia Civil Peter Páncreas.
Qué acuario coloca espárragos blancos en lugar de anémonas
y navajuelas de Albacete en lugar de uñas fosilizadas de hippie.
Qué músico compone una tragedia desgarradora para concertina y viola
a interpretar durante las Noches en Blanco en la Alhambrá de Melilla.
Qué relojero tic fabrica los zapatos tac con tacón de aguja tic que calza tac
Tanatos y tic que cada tac segundo tic oímos tac más tic cerca tac tic tac tic tac rip rip RIP 
Qué batea bilbaína vende barbas y valvas de bivalvo a los imberbes
que llevan gafas de soldador a la usanza de los Altos Hornos de Vizcaya.
Qué acuarelista fumador come gomas de borrar para olvidar
que tiene los pulmones dibujados a humilde carboncillo.


Qué charcutero imprime monedas al cortar por encargo
gubernamental rodajas de chorizo de cerdo ibérico.
Qué cielo está enladrillado, quién lo ha enladrillado. El enladrillador
que enladrille el agujero de la capa de ozono buen enladrillador será.
Qué médico neumático analiza los derrapes de dióxido
que en el curveo del intestino provocan las flatulencias.
Qué papelería vende el papel de lija estrellado
donde rallamos un poco de sol para el sorbete.
Qué conductor pro soviético espera en el semáforo
a que se ordenen los colores de la bandera de Lituania.
Qué viudo llama a su única hija Etcétera para que se sienta
póstuma primogénita de los muchos hijos que pudieron ser.


Qué faquir constata que los peces viven bajo el agua para amortiguar
el constante alarido de vivir atravesado por afiladas espinas.
Qué juez pone entre paréntesis lo que declara
haber visto un testigo que usa lentillas.
Qué novia musulmana se casa con un velo de rejilla o malla
antidesprendimientos por si la montaña decide ir a Mahoma.
Qué monasterio, con el 100% de los devotos esputados,
alquila sus estancias para el ejercicio de rituales satánicos.
Qué juguetero crea el universo al inventar un bumerán esférico
que rota sobre sí y gira alrededor del rizo de Estrellita Castro.
Que casualidad que la Tierra esté, precisamente, achatada
por los polos y que tras los lametazos del verano lo esté más aún. 


Plató nº 6 de Canal Sur Televisión, en San Juan de Aznalfarache (Sevilla), donde se rueda la sección de pseudociencia del programa "Con-ciencia". Emitido el pasado día 20 de junio.

Martín de la Torre



martes, 23 de junio de 2015

Colonia blanca del olvido


No logró el mar que pretendía        
                    De hielo y sin orillas
    De playas de olvido y agua
        confundidas en el blanco

No logró la almohada
    Con encajes en hojarasca alud
  Ni el iceberg que bajo su quilla de mármol
       ocultara los recuerdos
       
Solo logró una quebradiza porcelana
      como la frágil mantilla de cristal
      que al alba
      el lago agrieta y desmenuza
   
Desesperado
    Nadaba entre balleneros
    Bailaba desnudo en las monterías
    Degustaba los caramelos de la ruleta rusa
       y los arpones de uso dental
    Se calzaba cebos para oso
    Soñaba con rifles    cacerías   y   mataderos
    Con los paracaídas de redecilla
       que usan los paracaidistas en verano
   
Dolía tanto el martillo de dicho pez
    que sus anclas agrietaron el vaho
           y nos asomamos a su interior

                              Tenía el nicho abierto
                              y sobre la mesita de noche
                              el cargador vacío

Tenía los álbumes en vergel de queroseno
con imágenes
p  e  r  m  a  n  e  n  t  e  m  e  n  t  e         i   n   d   e   s   t   r   u   c   t   i   b   l   e   s
p  e  r  m  a  n  e  n  t  e  m  e  n  t  e         i   n   d     s   t     u     t   i   b   l   e   s

El frío restableció en pocos minutos
la monotonía inmaculada de esas latitudes
    Los pulmones cicatrizaron sus ventanas
    y por más que golpeó el horizonte desde dentro
    la respiración ya solo fue un zumbido
                    Una savia blanca
                    Un temblor de raíces de cristal
                    Una flor de hielo brotando
                       del colmillo de una morsa


Martín de la Torre


viernes, 19 de junio de 2015

Epistolario de una hechicera. 6ª lectura.


De donde los guanches nos llaman godos y los muyayos comen gofio y papas con mojo. De donde los grandes daneses, colorados como tomates, salen ladrando guagua de los autobuses. De allí nos llega la buenaventura de nuestra querida compañera. No en un papiro, no en un legajo de papel de ajo, no en papel, sino en la prensa amarilla de un plátano. Cual bumerán de luna menguante me ha llegado el escrito que dice así:

Maravilloso lugar para poder disfrutar de buena temperatura y magníficas playas. Y disponiendo de tiempo libre, como una turista más, quise aprovechar la ocasión para disfrutar de los encantos que me brindaba la isla antes de dirigirme a mi trabajo en la feria artesana de Antigua.
Acompañando al chinito atendido por mi maestro y justo a la misma vez, se sentó en el suelo de mi puesto de quiromancia, cruzando flexiblemente sus piernas, una china Navelina muy sonriente y educada. Bajé del asiento al suelo e imité su postura para poder así leer su pequeña mano oriental. Antes de empezar, ambas flexionamos la cabeza en forma de saludo, dejándome llevar por su cortesía natural. Y como a veces sucede, obtuve de mi cliente el permiso para narrarles mis visiones manuales. Así, por la gracia que me ha sido concedida, dejo por escrito, tal como les cuento, esta versión chinesca de quiromancia:

Qué cocinera del trasatlántico Hikawa Maru sirve varitas del Capitán
Pescanova (de diversos cadáveres marinos) en la gran cena de gala 
amenizada con canciones de Queen…..Mary……Shelley.
Qué policía usa medias de red para pescar tiburones
de internet entre las sucias cloacas de un PC.
Qué costurera maneja los hilos en un país de marionetas
y usa agujas de acupuntura para remendar las lenguas de trapo.
Qué actriz de cine mudo tiene voz y voto de silencio en el gran teatro 
de títeres del Parlamento, en su obra más representada: 
“Ahora que vamos despacio, ahora que vamos despacio, 
vamos a contar mentiras, tragarán, vamos a contar mentiras, tragarán”
Qué grafitera de Groenlandia tatúa con spray las lisas columnas
de la Capilla Sixtina por falta de frescos en su fachada.

Qué serena de la castiza República Chueca desordena las aceras de enfrente, 
cambia las farolas por luces de Neón y pinta arcoíris en las banderas de su nación.
Qué alcahueta empleada de la agencia matrimonial de Sevilla “Corazones”, 
amadrinada por Anne Igartiburu, regala jamones  “Celestino Gómez”  
a las primeras diez parejas consolidadas en la segunda cita.
Qué botánica admiradora de Joker cuelga en las ramas de los naranjos 
figuritas sonrientes de Totonacas para el virus de la tristeza de los cítricos.
Qué vendedora de lámparas con muy mal genio suele vestir 
pantalones aladinos y Pixar con pie de plomo la alfombra mágica.
Qué periodista, desea aprender de los grandes bufones de Sálvame 
en sus tertulias de la mala lengua de las mariposas, para pastores de Belén.
Qué aceitunera lleva Georradar para detectar los restos óseos
de los Martinis con que brindaron los asesinos de Víznar.

Ana Cuevas.


lunes, 8 de junio de 2015

Océano global


 En Sevilla no hay río
 pero antes pasaba el mar
 por el muelle de la sal

Las carabelas cabalgan el difunto oleaje
       Huyen del gran océano como ballenas
       que pudiesen deshacerse de las olas
                                                                        Olas que arrastran  
                                                                        como bueyes las Américas
              
Escapan del sudor que dio gusto a los océanos
Quieren volver a la madera
    que las botó de los bosques
Quieren curar sus aletas en los algodonales
    como chumberas con lengua azul

Agua no potable al menos para nadie
     de sucias crines y bisagras oxidadas
Qué mares regalan a la orilla
     gibosas olas como exequias de dromedario
Qué mares que no sean de pozo
     ahogan y callan con tanta gula
Qué mares que no sean alud de cordillera
    sepultan como la pirámide a su faraón

El mar al que no dedicaron leyendas ni doncellas
   sino acueductos de lágrimas fecales
   y poemas como calamares putrefactos
  
El manantial ignora lo que su curso medio ya conoce
    El mar es la ballena que vomita la navidad
    de una familia en la lengua de una playa
       El inabarcable código postal treinta mil cien
       de las casonas varadas de Venecia
    El joyero séptico con las cenizas
    del bebé convertidas en diamante
       El mar es un tiburón blanco
       de sangre azul

Los delfines levantan mezquitas
     No quieren morir en la pecera
Podrían tomar la tierra
     pero conocen la existencia de los delfinarios
Por precaución los marineros
     destruyen la micología
     que dotaría de branquias al ejército marino
Los marineros no quieren profanar 
     las conservas del cementerio

En Córdoba no hay mar
pero antes pasaba un río
y los delfines de islam vainilla y chocolate
siguen levitando en los acueductos interiores



Martín de la Torre
 


De paseo por las inmensas playas de Doñana. Entre Matalascañas y Sanlúcar, treinta kilómetros de mar, cielo, dunas y libertad, sin nada más ni nada menos. Coloqué la cámara sobre el esqueleto de un caparazón de tortuga para recoger la afilada alfombra que a la derecha de la imagen oculta el Océano Atlántico global.