martes, 28 de abril de 2015

Epistolario de una hechicera. 4ª lectura.


Publico una nueva epístola de mi querida compañera Ana. Nos narra su experiencia fuenlabreña y nos deleita con una serie de ocurrencias laborales de muy diversa índole. Incluye sendas elegías a Günter Grass y a Eurovegas.  
Un rumor recorre los mercados medievales de medievo mundo: las damas atendidas por esta enigmática quiromante salen de la consulta reformadas, mejoradas. Algo habrá de cierto cuando todas ellas sin falta, siervas o princesas, prefieren cobijarse bajo su oscuro velo donde lee buenaventuras a las desventuradas, a ser tratadas bajo la raída lupa de mi tosca mano. 


Bajo las banderas y pendones que ondeaban mecidos por el viento en la Plaza de la Constitución. Mirándolo todo completamente fascinada me encontraba yo, la más afortunada entre los mortales. Rodeada de centenares de puestos, talleres y jubilosos pasacalles. Qué maravillosa oportunidad brindada por el maestro de quiromantes, aceptarme como ayudante suya. Gracias a él estoy disfrutando de maravillosos lugares a lo largo y ancho de nuestra geografía española, de distintas gentes de toda índole y de diversos y peculiares personajes. Me encanta ver como el público luce nuestros mismos ropajes, trasladándose a la época medieval y disfrutando del mercado por unos cuantos maravedíes. 

Entre estos personajes curiosos, andaba la chica que vino a consultarme al lugar donde yo descifraba líneas interminables de pequeñas, grandes, delgadas, gruesas, suaves, encalladas….. manos. Vestida con su traje de legionaria, pues andaba de permiso en su ciudad natal, se acercó a mí con la mirada cansada de recorrer días antes, según me dijo, calles enceradas durante la procesión de Los Legionarios, en Jerez de los Caballeros. Sus manos no lo estaban menos. 
Entre la rigidez de sus líneas y lo hosco de su pellejo, me costó largo rato descifrar estos oficios más improbables que ciertos:

Qué pontazguera del puente de Triana no cobra al niño bonito engominado
y de jersey anudando al cuello, que no es bonito (ni atún), ni emperador, 
ni besugo ni lo quiere ser, y paga los cuartos como cualquier.
Qué cocinera italiana balbucea pastosas rimas a la carbonara 
sobre los veroneses tejados de lasaña y vomita salsa boloñesa 
por sus canelones de PVC para las hambrientas gárgolas del balcón de Julieta.
Qué escaladora con cadera protésica de titanio trepa a una montaña
de basura electrónica de Hong Kong, para hacer cima 
el día con el porcentaje más alto de tormentas del año.

Qué vagabunda duerme sobre el confortable plástico 
que envolvió un colchón Triple Lo Mónaco, con su relleno 
viscoelástico y sus flexibles muelles bicónicos.
Qué reina ludópata vive en un castillo de naipes, con torre de ajedrez, 
suelo gresite de fichas de dominó y paredes empapeladas 
con tapetes de blackjack, en el 21 de la calle flor de lotto.
Qué catequista reparte ostias sagradas de Cuétara a niñas que van a recibir
la primera comunión si se equivocan rezando. Credo que no es para tanto
bajo la triste mirada, pintada en escayola, de Jesús el Nazareno.

Qué papelería catalana envuelve los libros de Günter Grass con papel 
de hojalata para regalar el día de San Jorge a cambio de trece rosas blancas.
Qué chef usa frutos rojos de (Alberto) achicote y presenta sus platos 
degustación a las mujeres de la aldea Zoe de Towari, acompañados 
de las famosas rosquillas de Tía Javiera para sus labios de aro y sus orejas de oro.
Qué maestro de esgrima del club de Star Wars “Francisco Román” 
usa tubos fluorescentes T5 y careta de Luke SkayWalker, para enseñar 
a sus alumnas electricistas la técnica torera del Fundi de Lumilux.

Cuando finalicé mi tarea y se marchó aquella legionaria con coleta y tatuaje bajo sus mangas remangadas, no pude más que visualizar a la muñeca Wendolin, con su corneta, parodiada por los Morancos. Y una sonrisa se dibujó en mis labios.
Quinto levanta tira de la manta…………

                                                                           Ana C.T.


                                      
                 En plena labor adivinatoria, bajo el velo que oculta su rubio cabello.
                                                               Fuenlabrada, abril de 2015.


miércoles, 22 de abril de 2015

Hitos caliméricos


Los hitos kilométricos
    son las maletas que la muerte
    nos regala el día de nuestro cumpleaños
    para que lo caminado tenga sentido

Siempre la misma maleta
               Más vieja por dentro                    
               De piel por fuera

Más vieja por dentro la seta venenosa
y trescientas sesenta y cinco bobinas de hilo musical
Una por día      Año tras año

                                                          El reloj de cuerda practica 
                                                          la esgrima sobre el yunque
                                                          pero el segundero 
                                                          es el superior jerárquico del corazón

Los hitos son fichas del dominó
Valllllas que el tiempo va derribando   Deforestando                        ¡Árbol va!
para dejarnos ver la cruz 
Última lápida                                                                                                            

El viaje de vuelta no se celebra
  Los paisajes de más allá no están señalizados
Quizá algún hilo suelto de algún año
      La melodía de un amor
      de alguien que no tenemos porque ser

Quizá algún confeti de cinta casete
      con una nota de guitarra
      en el pentagrama que tocan unas hormigas

A la vuelta los hitos son megamétricos
Boyas diseminadas cada mil kilómetros
en un desierto que mueve sus dunas dunas
                                                        duna duna duna
                                                  para ocultarnos el camino
                          

A la vuelta los hitos son velas de un buque de mármol
que navega bajo y con la llama replegada a modo de estertor

A la vuelta los mástiles de ese buque
son postes de un cementerio
donde los nietos juegan a la pelota contra el abuelo

Pero nadie juega a unir los puntos métricos
Nadie ha comprobado si el buque llegó a buen puerto

                                 Si la savia adornó con una florecilla sus mástiles
                                 Si Colón a la vuelta descubrió España
                                 y trajo el huevo roto de Calimero por sombrero
                                 bajo la cruz templaria de sus velas


Martín de la Torre

lunes, 13 de abril de 2015

Consejos y andanzas de un filántropo quiromante. 9ª mano.


El pasado sábado, once de abril, estuvimos en Fuenlabrada, pueblecito de doscientas mil almas. Allí atendí a un colega de profesión en paro que se dedica a la quiromancia arqueológica, es decir, a la buenaventura inversa. Lee las manos de derecha a izquierda. Me mostró su currículum vítae. Había hecho lecturas a las momias Chachapoyas por encargo del gobierno del Perú para conocer las causas de la extinción de aquel reino. También hacía otras lecturas, menos chachis, a cadáveres por encargo de los familiares que deseaban saber en qué constelación quedaría ubicada la estrella en la que todos nos convertimos. Yo le aconsejé la lectura de amonites, que tienen tanto futuro como pasado, y alguna de estas tareas:

Qué plañidera llora leyendo cada una de las esquelas
de hojarasca acumuladas al pie del árbol genealógico.
Qué autómata compone el piar de los pájaros de papel
y redacta las declaraciones de los futbolistas del futbolín.
Qué romántico escribe sus cartas de amor
junto a los arroyos transgénicos del Aquapark.
Qué joven de veintisiete años vende su suicidio
al viejo rockero que desea un bonito cadáver.
Qué pastelero vende magdalenas cupcakes
sobre las que parece haberse cagado un arco iris.
Qué director de road movies subtitula su película
con el código Morse de las líneas de la carretera.
Qué ciego lee el braille en la cara del adolescente
y lo que escriben las pulgas sobre el sarampión.
Qué farero descifra el mensaje que nos manda Dios
a través de las lentas señales lumínicas de los eclipses.

Qué marmolista vende lápidas como cometas
para los niños ingrávidos de otros planetas.
Qe hanalfaveto hescrive lo berzos mas tristes
Qe no pudo escrivir Neruda entre zenas de envajada
Qué dramaturgo fecunda el número Pii∞, del que nacen
los signos de admiración para todos los teatros del mundo¡¡¡
Qué político especulador plantea la construcción del inmenso
aeropuerto en el que puedan aterrizar de una vez todas las estrellas.
Qué albañil construye las escaleras de doble hélice
por las que suben al cielo los difuntos helicópteros.
Qué hermano Lumière dedicó toda su vida
a no inventar el cinematógrafo.
Qué fontanería vende rodajas de aceituna negra
como zapatas para los grifos de las almazaras.
Qué narcisista comienza besando el espejo, mordiéndose
los labios y las uñas y acaba practicándose la antropofagia.




Cartel publicitario del mercado medieval y nuestro cartel para la ocasión.


Martín de la Torre


jueves, 9 de abril de 2015

Buenaventura de una hechicera. 3ª lectura.


Dejo aquí, sobre mi escritorio de ébano, este regalito en forma de carta con los nuevos oficios imposibles que mi querida compañera Ana me hizo llegar en sobre con ventanilla de cristal de bohemia. He tuneado mínimamente tu papiro pero si no estás de acuerdo me das un tirón de orejas.

De su maravilloso suelo bastetano y de sus gentes que nos acogieron con gran curiosidad y agrado guardaré un gran recuerdo. Pues no todo el mundo da utilidad al oficio de leer las manos, ya que es más desconocido que necesario. Al principio se acercaron sólo curiosos, supersticiosos, incrédulos y desconfiados. Luego algunas personas requirieron de nuestra habilidad en nuestro puestecito bajo el arco de entrada a la plaza del Ayuntamiento.
Esta vez, como dato curioso y por no poder revelar otras lecturas oficiadas a las distintas mujeres que me consultaron, puedo dejar constancia de que hubo, a la hora de la recogida del tenderete, una muchacha del puesto de enfrente “Panadería artesana Basílica de la Encarnación de Málaga”, que se acercó para cambiar algunos de sus productos artesanos por la lectura imposible de una de sus manos, pues la pobrecita era manca a la vez que ambidiestra. Dando pleno consentimiento a tal publicación en nuestra web, de su única mano dejo lectura con factura de pan. Lo que en oficios imposibles detallo.

Qué panadera manca vende frente a la Catedral malagueña “pan cateto”
 a Macarios sin boina y “pan preñao” a jóvenes vírgenes desvirgadas.
Qué churrera prepara masa con poca levadura y bastante sal
para el próximo churro de la novelista de best sellers.
Qué granjera zamorana bautiza sus vacas en el río Celio para obtener leche apta
para celíacos y les da clases de zumba para lograr espumosos batidos bajos en grasa.
Qué peluquería prepara ensaimadas mallorquinas
para tocados de falleras y Princesas Leia.
Qué astrónoma rutera, en año Jacobeo, lleva anguilas eléctricas de 600 vatios
y botas de agua para guiarse en la oscuridad de un enlodado agujero de gusano
entre la estación espacial Mir y el camino de Santiago.
Qué rumana, católica y apostólica con colmillos de platino
gana un Grammy de cobre por “El cantar de los cantares del mío pie”
en la categoría de artista tironera patrocinada por Mango.

Qué directora de orquesta dirige a Manolo “el del bombo” para animar en la final
de Sudáfrica a la selección española con “Paquito, el más Franco chocolatero” 
Qué Monopoly de Bankia acepta los talones de Aquiles de débiles
y quebrados accionista a cambio de crédito para tarjetas Black Friday.
Qué osteóloga estudia los huesos de aceitunas de plantas oceánicas
de la Sierra de Atapuerca para una tesis sobre enlutados
aperitivos de raza negra rellenos de anchoas fosilizadas.
Qué fabricante de velas sopla los 44 cirios de la Esperanza Macarena
en una tarta de cumpleaños de carne de costalero Ohh El Paso
con mini nazarenos cupcakes de moras y chocolate blanco.
Qué casamentera vende ejemplares de “La Celestina”
envueltos con páginas de la ley de divorcio a los clientes
de un  romántico café parisino el 14 de febrero.
Qué caballa elige entre sus Nereidas a Galatea, aficionada al sushi
y experta amazona para correr con ella en el hipódromo de Odín,
a orillas del Bósforo,  contra el centauro Quirón.

                                                                        Ana C. 


miércoles, 8 de abril de 2015

Fotosíntesis de la memoria


Hay ríos involuntarios
que fluyen sobre los raíles que instaló el olvido
Ríos de mirada salada que nunca encontrarán el mar                                                              Ejércitos de lágrimas que se practican el haraquiri de la ósmosis inversa

Me explico...

El Alzheimer es el cuervo de agua salada
que barrunta la tristeza
y convierte el pasado en epidemia

Sobrevuela bibliotecas antiguas
Abre sus jaulas
Sacude las encuadernaciones dejando caer
las letras las comas los verbos La ceniza neuronal

Entonces
los abrazos cicatrizados se desco s  e  n  i r r e c  o  n  c  i   l    i    a     b            e        s
y las estrellas heridas no reconocen su constelación
                   
Un otoño perpetuo agrieta la cúpula craneal
y la cabeza del hombre no proyecta sombra
pero su sombra sin cabeza se proyecta sepia
                                        
La memoria ha roto la punta de los lápices
Los lápices se quitan el capirote negro
y dan de beber humo a través de sus pupilas
a la mariposa que descorcha las chimeneas

Los recuerdos felices también se marchan
                            vuelan
  Los colibríes                   al néctar de las vidrieras
                           despegan
  Las isobaras                    de los aeropuertos de cada  pétalo
                                           besan
  Las playas en braille               los labios del caminante

Los nombres se tosen unos a otros
Anónimos seres queridos desandan sus biografías
deglutidas por los ácaros del Ombligo

Los recuerdos tristes se columpian en el viento
mojando los pies en los ríos involuntarios
Que nunca hallarán                                   el mar

     Alzheimer es un modelo de silla de enea
                                           Sentada en un acanti
l
a
d
o
pececillos
                                 que se deshilacha en pececillos de porcelana
 en busca del mar Olvido

La esperanza es saber que por ósmosis inversa
los delfines que beben ese mar
de alguna manera
sintetizan nuestros recuerdos


Martín de la Torre


miércoles, 1 de abril de 2015

Nube de naipes

Te descalzas

Te descalzas 
y guardas la gravedad       en una  caja
                                               de zapatos
vuelas
              Vacías los cráteres  
              que los cazadores de estrellas
              llenaron de plomo………….        
                            Podan tus pestañas las alas              va
                            de los aviones    a      la         de   ri
             
caes de la luna a las nubes
y juegas con los osos blandos
          que cambian sus climas de vapor
          por tus caramelos en verso

Escucho tu respiración
Cuando la nostalgia pone un recuerdo en el anzuelo
      como una caricia de violín
      en la cuerda del horizonte

Pero al final vuelves a tus alturas
porque te
                   caes de caminar
y te cansa el suelo
porque te sana el cielo

Aunque tus dedos no sean de pozo para llevar un anillo
ni tus manos de madera para añorar los bosques

Porque eres más hermana de la vegetación que la primavera
           Mis flores intentan sacudirse
           las hojas en blanco del calendario
           para con ellas levantar
                                        naipes      hasta tu reino
                                      naipes            
           un castillo de naipes

Pero me lastran autorretratos de mármol
    como nanas de piedra en los bolsillos
y uñas largas con cátedra de raíz

También están las nubes de cristal                                   
que detienen la lluvia para ser escaladas gota a gota
        

Cae sobre una de estas nubes y hazla añicos
pues la silla que me dijo ser escalera 
        no es más alta que una caja
        ni más infinita que un zapato

       no es más alta que una  caja
       ni más infinita que un zapato.
Antes de iniciar la escalada 
                                         me quitaré    los zapatos
     por si las gotas de lluvia no son  de mi talla
                y porque la luna
                espera descalza


Martín de la Torre